La Misa Crismal: Celebración de Unidad, Sacerdocio y los Santos Óleos
Riberalta,, Beni, 14/04/2025
En una significativa ceremonia que precede a los días más solemnes de la Semana Santa, nuestra jurisdicción celebró la Misa Crismal. Esta eucaristía, presidida por nuestro obispo Mons. Eugenio Coter junto a Mons. Tito Solari y concelebrada por sus sacerdotes, se erige como un momento central para la vida de la Iglesia local, recordando la institución del sacerdocio ministerial por Jesucristo y marcando la bendición y consagración de los Santos Óleos que se utilizarán a lo largo del año.
La Misa Crismal es mucho más que una simple liturgia; es una profunda expresión de la unidad del obispo con su presbiterio. Durante la ceremonia, los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales, reafirmando su compromiso de servir a Cristo y a su Iglesia con fidelidad. Este acto simboliza la continuidad del ministerio sacerdotal que tiene su origen en la unción de los apóstoles por Jesús.
El rito central de la Misa Crismal es la solemne bendición de los tres Santos Óleos:
El Óleo de los Enfermos (Oleum Infirmorum): Destinado a fortalecer y consolar a quienes sufren enfermedad o vejez a través del sacramento de la Unción de los Enfermos.
El Óleo de los Catecúmenos (Oleum Catechumenorum): Utilizado para ungir a aquellos que se preparan para recibir el Bautismo, como signo de fortaleza en su camino de fe.
El Santo Crisma (Sanctum Chrisma): Un óleo perfumado, mezcla de aceite de oliva y bálsamo, que es consagrado por el obispo. Este óleo tiene una significación especial, ya que se utiliza en los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y el Orden Sacerdotal, así como en la dedicación de iglesias y altares. El Crisma simboliza la plenitud del Espíritu Santo y la profunda incorporación de los creyentes a la vida de Cristo.
La presencia de sacerdotes de toda la jurisdicción en la Misa Crismal subraya la unidad de la Iglesia diocesana en torno a su pastor. La participación de los fieles laicos también es significativa, recordando que estos santos óleos están destinados al servicio de todo el Pueblo de Dios en su camino de fe y en los momentos cruciales de la vida.
La bendición y consagración de los óleos evocan la rica tradición bíblica y cristiana de la unción como signo de elección y consagración para el servicio divino. En los sacramentos, la unción con estos óleos comunica la gracia del Espíritu Santo, configurando a los creyentes con la imagen de Cristo, el Ungido por excelencia.
La Misa Crismal, por lo tanto, no es solo un evento litúrgico, sino una poderosa manifestación de la identidad sacerdotal, la unidad eclesial y la gracia santificadora que fluye a través de los sacramentos, marcando un preludio espiritual a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo que se conmemora en los días siguientes de la Semana Santa.