En la ciudad de Trinidad, delegados eclesiales de la Red Eclesial Panamazónica en Bolivia (REPAM Bolivia) evalúan y planifican acciones.
El martes 11 y miércoles 12 de octubre del presente delegados episcopales para la REPAM de las jurisdicciones amazónicas de Bolivia participaron de una reunión extraordinaria convocados por Mons. René Leigue, arzobispo de Santa Cruz y presidente de REPAM Bolivia. Actividad realizada en los ambientes de Cáritas Beni.
En la primera jornada del evento cada delegado, en un espacio de escucha y diálogo, hizo una presentación sobre la realidad social, ecológica, cultural y eclesial de su jurisdicción, siguiendo los sueños de la “Exhortación apostólica Post Sinodal Querida Amazonía”, este espacio fue importante para discernir los caminos y el peregrinar de la REPAM Bolivia. Los temas más preocupantes son; la contaminación de los ríos provocada por la minería del oro en los ríos y cuenca amazónica, la permanente vulneración a los derechos de los pueblos indígenas y de la naturaleza en referencia al avasallamiento de sus territorios, el incremento del narcotráfico, la creciente escasez de agua y la falta de cultura en la población con referencia al cuidado de la Casa Común.
En la segunda jornada, el secretario ejecutivo de REPAM Bolivia Willy Llanque, socializó el Plan Pastoral de la REPAM, con estos insumos se consensuó que hay necesidad de encuentros presenciales en grupos pequeños y reuniones zonales ya que son estas acciones sencillas las que proporcionaban mejor resultado, sin embargo, la necesidad de acompañamiento y presencia de agentes de pastoral sigue siendo una necesidad no satisfecha, también se sugirió que desde la REPAM se promueva el trabajo de las personas e instituciones para que brinden apoyo a laicos y religiosos con vocación misionera en el desarrollo de su objetivo principal, que es: “el anuncio del evangelio mediante obras y palabras entre aquellos que más lo necesitan”.
Se insistió en la importancia de seguir “amazonizando” nuestra Iglesia, promoviendo diálogo y procesos de escucha especialmente con las autoridades locales, dejando la apertura de nuestras acciones en la fuerza del Espíritu, tal como se hizo antes del Sínodo Amazónico.